30/04/20

Reportaje de Ocean Kube

Reportaje con aparición simultánea en Agencia EFE, Yahoo!, Diario.es y El Correo Gallego, entre otros.

Hace tres años, un «grupo de frikis», como ellos mismos se definen, comenzaron a trabajar en el diseño de un mobiliario urbano más eficiente, respetuoso con el medio ambiente y con un menor coste social. Hoy, medio mundo se ha interesado ya por sus contenedores ecológicos que, además, ofrecen mayor protección ante el coronavirus.

«Nos hipotecamos hasta la dentadura», recuerda José Antonio Pena, su director ejecutivo, sobre los inicios de Ocean Kube, una compañía de Pontevedra que impulsaron cinco personas «con ganas de cambiar las cosas» y con la que hoy colaboran unas doscientas.

En un mundo que avanza hacia la sostenibilidad, estos emprendedores gallegos tenían claro que «había una necesidad» en el mercado para «poner fin a la era del plástico» en el sector en el que habían trabajado toda su vida, la recogida de basura. Tras varias pruebas, dieron con la tecla, cuenta Pena a Efe, y lograron diseñar contenedores que no tienen «ni un gramo de plástico».

El suyo, explica el responsable de Ocean Kube, está fabricado con solo cuatro materiales: el cartón, el aluminio, el bambú y el caucho natural. Sus contenedores tienen una estructura de aluminio reciclado y la basura queda depositada sobre un cartón que, cuando ya está sucio y deja de ser útil, se envía a compostar y es sustituido por otro.

Además, durante su fabricación se le aplica un tratamiento antihumedad y, una vez en uso, no necesita ser lavado. Esto hace que el ahorro en agua y productos químicos sea «considerable», asegura José Antonio Pena. En una ciudad de unas 300.000 personas, se gastan diariamente unos 40 metros cúbicos de agua potable para lavar los contenedores tradicionales.

Este producto, la estrella del catálogo de mobiliario urbano de la compañía, ha obtenido además el respaldo del Instituto Forestal Europeo, con sede en Helsinki (Finlandia), que definió esta línea de contenedores como una «idea de vanguardia». Fueron además, según sus responsables, «objeto de debate» en el foro económico de Davos.

Desde la compañía entienden que «no podemos continuar con ideas de hace 40 años» y son las ciudades las que, entre otras, deben dar el paso. Es «aberrante», señalan, ante la invasión del plástico, «que nos hagan a ir con una bolsa al supermercado» y, al mismo tiempo, las calles estén invadidas de contenedores, hechos cada uno de ellos con 135 kilos de polietileno.

«El plástico debe ser una opción allí donde solo haya esa opción, pero si hay opciones que la suplantan tenemos que dejarlo de lado», reitera José Antonio Pena, que tiene claro que la «ejemplar» conciencia ambiental de la sociedad hará que las cosas cambien pero para ello, añade, los ciudadanos deben ser «más exigentes» con sus gobernantes.

Lo que no esperaban y, en cierta manera, «ha sido una sorpresa» es comprobar que sus contenedores tienen una efectividad inesperada sobre el coronavirus. «Sin saberlo aplicamos una sustancia que evita que el virus permanezca en ellos mucho tiempo», detalla el director ejecutivo de la compañía pontevedresa.

«Si tocas el contenedor y tienes carga vírica en la mano, el virus queda en él apenas tres horas», explica el responsable de Ocean Kube, frente a los tres días que permanece en el plástico, los dos días del acero inoxidable o las 24 horas del cartón, según un estudio de The New England Journal of Medicine.

Esto se debe, según José Antonio Pena, a las nanopartículas de plata que se añaden a la pintura con la que se revisten los contenedores. Además, sus recipientes tienen pedal de apertura. No hay que tocarlos para abrirlos y la tapa nunca se queda abierta. Ni siquiera por un descuido.

De esta forma, «nos hemos dado cuenta sin querer» de que su mobiliario urbano «garantiza la eliminación de COVID-19 en solo tres horas», lo que convierte a sus productos, entre ellos también papeleras y bancos, en elementos «perfectos» para zonas sanitarias o donde haya un elevado tránsito de personas como grandes empresas, aeropuertos o centros de transporte.

«Si queda algún rastro de coronavirus por la noche, al día siguiente todo el mobiliario está totalmente desinfectado, ellos solos», añade el empresario, que agrega que sus productos son además «bactericidas» y captan el CO2 de la atmósfera, lo que provoca que sean más higiénicos y confortables para sus usuarios.

Aunque desde Ocean Kube prefieren ser discretos sobre los clientes que, desde medio mundo, ya se han puesto en contacto con ellos, José Antonio Pena confía en que su mobiliario urbano esté pronto ya colocado en grandes ciudades y contribuir así al camino sin retorno que el planeta ha emprendido hacia una sostenibilidad que garantice su supervivencia.

Por Alejandro Espiño.

Fuente: Agencia EFE

Otras apariciones:

La Vanguardia

El Correo Gallego

Diario.es

Yahoo!